CHAMANES DE LAS PROFUNDIDADES
as cuevas cobran especial importancia dentro de los procesos rituales de los pueblos prehistóricos. Estos lugares eran entendidos como espacios subterráneos que conectaban, como si de puertas se tratara, el (Sans Soleil, 2018) ha sido considerado de la misma manera por múltiples culturas a lo largo de la historia, «tan variadas como el Egipto faraónico, las dinastías chinas (con las curvas Mogao en Dunhuang, donde encontramos arte budista) o el hinduismo (Elephanta)». Un ejemplo de ello es el arte rupestre que se desarrolló durante el Paleolítico, es decir, con carácter previo al megalitismo y que nos permite comprobar la importancia de la cueva en el entramado de creencias que conformaban estas sociedades. En la actualidad, la teoría más consiste en torno a este tipo de arte es que fue realizado para facilitar los procesos de trance de los chamanes, mediante los cuales pretendían establecer un contacto con los dioses. Dentro de estas ceremonias, la penumbra de la cueva tenía que servir como un elemento más de sugestión para aquellos que participasen en el proceso, de la misma manera que las figuras de los animales en la pared tenían que facilitar la creación de un entorno mágico. Como describe Roger Ferrer: «Se establecía una relación con ese mundo ya no solo fantasmática, feérica, sino que ello provocaba que les dejaran ofrendas rituales o algún otro propósito vinculado con las pinturas parietales».
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