Un espíritu libre
Ana de Armas recuerda con cariño haber ahorrado alrededor de 200 euros como fruto de sus primeros trabajos de actuación en su natal Cuba, y tan sólo días después de su cumpleaños 18 los usó para mudarse a Europa. No tenía familia en Estados Unidos como otros cubanos, así que ese país nunca fue una opción; sin embargo, llegó a España en 2006 gracias a que sus abuelos nacieron ahí y pudo pedir un pasaporte. Ella conocía bien las limitaciones de su nación en términos de producción. “No salí de Cuba para ganar más dinero o vivir una vida mejor, me fui para crecer como artista e involucrarme en proyectos más interesantes”, confesó en un encuentro para la plataforma online de los Golden Globe Awards. Llegó a buen puerto, y es que semanas después de mudarse obtuvo un papel en El internado, una serie de TV que se convirtió en un éxito.
CAMBIO DE AIRES
Por un tiempo, su popularidad en España le fue suficiente, participó en distintos proyectos y también se casó con el actor Marc Clotet, pero una vez más fue momento de darle la.
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