LA LUZ DE MAFASCA Y SUS “PRIMAS”
Tal y como José Gregorio González explica en las páginas de su obra “Canarias Mágica”, en la que profundiza en otros muchos asuntos insólitos de las islas, desde las observaciones de la isla de San Borondón a los encuentros con espectros y seres imposibles, “el de las llamadas luces populares es uno de los capítulos más apasionantes e intrigantes del catálogo de enigmas que anidan en nuestro archipiélago. Estamos ante un fenómeno real, para el que debe existir, pero aún no tenemos, una explicación convincente. Los testigos se cuentan por cientos, y hablan de cómo estas bolas de luz se acercan con aparente curiosidad a los observadores, cambian de forma, tamaño y color, y hasta modifican su comportamiento en base a la reacción de los testigos”
¿LUCES DE ÁNIMAS?
Los hachos mágicos o luces de ánimas y brujas, como se les conoce en Canarias, tienen en la Luz de Mafasca, observada principalmente en tierras de Antigua y Betancuria en Fuerteventura, a su máximo exponente. “De hecho –explica González– es posible que no exista en todo el mundo un caso con tantos testigos de calidad y perdurabilidad a lo largo del tiempo como el majorero”.
LOS HACHOS MÁGICOS O LUCES
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