HALLOWEEN ROMANO
TRANQUILOS, AMIGOS ROMANOS, NO VAMOS A DESCUBRIR QUE LOS NIÑOS ROMANOS SE DISFRAZABAN Y PEDÍAN CHU-CHES POR EL FORO NI NADA DE ESO, PERO SÍ QUE HABÍA “DÍA DE DIFUNTOS” Y FIESTAS SIMILARES EN LA ANTIGUA ROMA. Incluso diría más: había historias de difuntos, demasiado parecidas a las que consideramos “modernas”.
CREENCIA EN LOS ESPÍRITUS
Los romanos creían en la existencia “vital” de los difuntos, a los que llamaban Manes, en general, y que podían ser benéficos, como los Lares, o maléficos como las Larvas. Luego estaban los Lémures, que eran espíritus, digamos, atormentados (y atormentadores).
Los romanos, como antes los griegos, consideraban un deber sagrado y fundamental cumplir los ritos de enterramiento de sus difuntos y recordarles periódicamente, para lo que se celebraban festivales anuales, como las Lemuralia, a mediados de mayo. En esa festividad el nos describe el rito que debe de cumplir el padre: “Tras lavarse las manos en agua de una fuente limpia, se dará la vuelta y después de tomar judías pintas y arrojarlas detrás de él; al tirarlas, irá diciendo: 'Te ofrezco estas judías pintas; con ellas, me redimo a mí y a los míos'. Lo dirá nueve veces, sin mirar atrás. (…) Terminará el rito diciendo nueve veces '¡Manes de mis ancestros, váyanse!', mirará hacia atrás y si no ve a ninguno, juzgará que los ritos se han realizado conforme a las reglas”.
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