En nuestro país las distancias de cinco horas en automóvil están a la orden del día y es lo que uno se demora en ir hasta La Serena por el norte o a Chillán viejo por el sur. En Europa, los ritmos son otros, los tramos se acortan y en ese lapso se puede recorrer de sur a norte un país entero. Se puede, por ejemplo, atravesar casi toda Francia. Si se es niño y se cruza una nación completa las, posibilidades de la fantasía aumentan en forma exponencial y es probable que el muchacho o muchacha quede para siempre con aquella experiencia alojada en algún lugar de su memoria.
La música chilena Juanita Parra aún tiene recuerdos de un viaje de aquellos. Aún no cumplía los siete años y ya le tocaba vivir en el tercer país de su vida: había nacido en noviembre de 1970 en Santiago de Chile, a los cuatro años se había ido con sus padres Gabriel Parra y María Eugenia Correa a Argentina y en 1977 los acompañaba a ambos por una carretera francesa rumbo a París.
“El primer recuerdo que tengo de París es despertar a los pies de la Torre Eiffel en el auto de ellos”, rememora la baterista de “Los Jaivas”. “Veníamos desde Biarritz y habíamos llegado