En el alma de Yves
Todo comenzó una mañana de febrero de 1966. Yves Saint Laurent y su pareja sentimental (y pilar) Pierre Bergé, atraídos por los seductores comentarios de Alfred Hitchcock, Winston Churchill, Paul y Talitha Getty o los Rolling Stones, desembarcaron en aquel paraíso aún desconocido, Marrakech. La bohemia marroquí comenzaba entonces a trasladarse desde Tánger a la Ciudad Roja, el alma de Marruecos. Yves chilabas y caftanes. Sus atrevimientos, que desde entonces han sido míos, se los debo a este país, a la violencia de los tratos, a la insolencia de sus mezclas, al ardor de las invenciones… Esta cultura se ha vuelto mía, pero no me contenté con importarla, la anexé la transformé, la adapté…». Y tanto que la hizo propia. El dejó una impronta tan bella como definitiva en el actual Marrakech.
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