TIEMPO REINVENTADO
Quien tiene sensibilidad arquitectónica no puede evitar caer rendido ante las construcciones del centro de París. Los clientes de la interiorista Anne Wiltz se enamoraron de este edificio construido en 1900 por el arquitecto Jules Lavirotte (uno de los grandes maestros del “Art Nouveau” no había sufrido ninguna evolución desde su creación, pero su distribución parecía bastante fácil de replantear. “Nada más entrar en este apartamento tan oscuro, sentí inmediatamente su potencial, aunque las paredes estaban totalmente ennegrecidas por el paso de los años y el polvo. Había que volver a imaginar toda la decoración y reinventar los volúmenes”, explica Anne. A lo largo de los seis meses que duró la reforma, se modificó por completo la distribución del apartamento. Y así, la pequeña cocina situada al final del pasillo de servicio, se transformó en un dormitorio para el hijo pequeño; un dormitorio y su baño se convirtieron en una gran cocina abierta. “A mi cliente le encanta esta habitación, que es muy luminosa, y ultra funcional. Aquí es donde la familia pasa la mayor parte de su tiempo entre las comidas informales y las meriendas de los niños”, dice la interiorista. Anne decidió mantener el doble salón contiguo, con sus chimeneas de mármol, decapar los suelos oscuros originales antes de barnizarlos, y pintar paredes, puertas y techos con tonos grises o blancos de Farrow and Ball. En la entrada del apartamento, instaló una impresionante vidriera de colores, realizada a medida por un artesano de Chartres, que con vistas al patio, aporta gran luminosidad. En cuanto al mobiliario, Anne Wiltz ha apostado por la mezcla de épocas y ha salpicado el conjunto de textiles de colores vibrantes para resaltar alegremente cada espacio. “Mi cliente también tiene debilidad por las piezas de mobiliario antiguas, le encanta encontrar tesoros en el mercadillo de Saint-Ouen en París o en Normandía, donde pasa los fines de semana. También es muy práctica y le gusta el bricolaje, por lo que era importante incorporarlo”, menciona Anne. Para aportar un espíritu de modernidad al conjunto, la interiorista sugirió algunas piezas atemporales y elegantes compradas en boutiques del barrio o encargadas a diseñadores parisinos, como la preciosa mesa de centro de mármol del salón, hecha a medida. “Antes de empezar con el proyecto, busqué un hilo conductor creando un . Cada detalle ha sido cuidadosamente analizado, incluso las tuberías, junto con la pareja”, dice Anne. Y para conseguir un espíritu , eligió, junto con la propietaria, fotos y obras de artistas contemporáneos.
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