Las maniobras de Bonilla
“¡Esto es una ofensa para la nueva gobernadora y para la opinión pública!”, reclamó el diputado priista Javier Robles desde su curul en la media luna del pleno del Congreso de Baja California. También varios legisladores morenistas y panistas reclamaron al gobernador Jaime Bonilla delegar a los municipios el manejo del agua potable, a sólo tres meses de concluir su mandato, además de cuestionar que no se consultara a los principales involucrados: los ayuntamientos.
En ese momento los legisladores inconformes demandaron los estudios financiero, técnico y administrativo que justificaran el traslado de las funciones del organismo estatal operador del agua a los municipios. De nada valieron los reclamos. Los diputados afines a Bonilla, quienes no pudieron o no quisieron argumentar a favor de la reforma, la convalidaron con su silencio y sus votos.
Los 25 legisladores de Baja California centraron su discusión en la falta de consulta y de estudios técnicos, pero dejaron de lado la parte “riesgosa” de la reforma: la apertura a la privatización de los servicios del agua,
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