Aremi Fuentes, la fuerza de la insistencia
Aremi Fuentes se convirtió en halterista a fuerza de la insistencia del entrenador cubano Roberto Moreno. Ella ni sabía de ese deporte; practicaba atletismo en su natal Tonalá, Chiapas, con la finalidad de correr más fuerte que las demás niñas y algún día subirse a un podio. Alucinaba con la idea de representar a su estado, ganar una carrera y saber lo que siente ser premiada.
Fue una bebé prematura que creció sin tener la misma capacidad física que otras niñas de su edad. Por recomendación médica tenía que hacer ejercicio. Su papá la llevó a la ciudad deportiva de su pueblo. Le dijo que si quería ganar, tenía que ser más rápida que aquellas chiquillas que estaban en la pista a punto de correr los 200 metros.
Aremi nunca había corrido, se coló a la pista, aceleró y venció a todas. Los entrenadores no podían creerlo. ‘¿Tú quién eres?’, ‘¿Quién te entrena?’. Así empezó su efímera carrera de velocista. La realidad le asestó varios golpes cada vez que en los campeonatos nacionales se enfrentaba a las norteñas, altas y de piernas largas; de dos zancadas la superaban. Así no subiría nunca
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