Desmontando a… M. Night Shyamalan
ocos cineastas son sometidos a un plebiscito tan severo como M. Night Shyamalan. En eso, por una vez, crítica y público parecen coincidir. Película tras película, nuestros pulgares se balancean temblorosos, hacia arriba o hacia abajo, una vez que termina la proyección: ¿hemos visto una nueva genialidad o hemos sido víctimas de una nueva estafa? Con el realizador de origen indio no hay término medio. Así ha sido desde su ópera prima, (1999). Aunque ya contaba con dos películas en su haber, aquella cinta de terror psicológico supuso su irrupción estruendosa en el cine : un inesperado éxito de taquilla, por un lado; un sincero aplauso de la y su nueva película. Diez obras entre las dos. Todas ellas muy esperadas, pero siempre valoradas por el listón que dejó la cinta protagonizada por Bruce Willis, vitoreadas por unos, abucheadas por otros. Solo hay algo seguro: (2021), su último trabajo, no va a ser una excepción. También creará debate. Ahora bien, ¿qué es lo que hace que cada una de sus películas se convierta en un acontecimiento cinematográfico?
