EL LEGADO DE LADY DI
Diana Spencer (1° dejulio de 1961) hoy está más vigente que nunca, no sólo por el tributo que Harry y Meghan le han rendido al ponerle su nombre a su recién nacida, también hay teorías de la conspiración alrededor de su muerte, pruebas para negarlas, videos, documentales, series y películas. La fascinación que provoca no es gratuita. Más allá de su belleza, su sentido de la moda y su pasión por la filantropía, fue su desgracia pública la que atrajo las miradas a Buckingham, un palacio habitado por una familia estable y fría.
Los ingleses, acostumbrados a esto, recibieron con afecto a una princesa que no parecía de hielo, sino una persona real, capaz de reír, hacer muecas de disgusto y llorar en público. La gente la colocó como su figura favorita de la familia real, algo incómodo no sólo para su suegra, la reina Isabel II, sino incluso para su esposo, Carlos.
Pero el amor público también tiene un lado B. Mientras la gente la llamaba la “Reina de Corazones”, no había un paso que diera sin llevar detrás a decenas de fotógrafos. Su relación con
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