De las vanidades y el amor propio
Fundadora de Gina Pineda PR
“Entendí que tenía que trabajar en cómo quería presentarme ante el mundo y manifestar mi mejor versión”.
Fue una mañana en que mi despertador me traicionó. Iba tarde a mi clase y tenis, y bajé las escaleras para encontrarme con mi mamá que, sin pestañear, me regresó a cambiarme: “De ninguna manera vas a salir de esta casa en esa facha”.
