DOMIR: LA MODA QUE SÍ TE ACOMODA
n la última década, la escritora griega Arianna Huffington, cofundadora del sitio web , se hizo conocida, más que por la escritura, por su militancia por el buen dormir... pero retrocedamos en el tiempo: desde los inicios de su vida adulta y durante años, ha contado Huffington, su régimen diario de sueño no pasaba de las cinco horas, y eso si le iba bien. Inmersa en infinitos proyectos en Estados Unidos y Gran Bretaña, la columnista sufría de un síndrome que hoy día ya tiene nombre, FOMO (, o miedo a perderse lo importante), mientras que los litros de café eran parte de su dieta. Hasta que un día despertó en el suelo de su oficina, con una herida en la frente, producto de una caída que no recordaba. Y con un estado de confusión y fatiga que la persiguió durante toda esa jornada. Tras consultar a varios médicos y realizarse estudios, el diagnóstico fue claro: agotamiento y (síndrome de “estar quemado”, reconocido como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud). El tratamiento: dormir al menos ocho horas, con el método que fuera. Claramente, el estilo de vida que llevaba era la receta perfecta para un desenlace fatal que incluyera un accidente al volante, un cáncer o una afección cardíaca. Porque en los últimos años se ha comprobado que la falta de sueño está directamente relacionada con estas enfermedades y con los accidentes mortales. Aunque no sólo eso: una buena dormida actúa como un “bálsamo reparador”, sostiene el neurocientífico Matthew Walker, que ha dedicado los últimos 20 años a estudiar la ciencia del sueño. Según este catedrático del Center for Human Sleep Science de la Universidad de Berkeley (EUA), dormir bien no nada más puede desacelerar el proceso de envejecimiento,
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