TRADICIÓNE INNOVACIÓN
Apesar de un aparente miedo a que los oficios artesanos queden en el olvido, la juventud actual –quizá por la urgente necesidad de un estilo de vida más lento y consciente– parece bastante interesada en lo que la artesanía puede ofrecer si se suma una pizca de creatividad y destreza. Así, cada vez son más las pequeñas marcas que se lanzan a la aventura con trabajos manuales que van de la cerámica al macramé y, al contrario de lo que sucedía en las últimas décadas, no necesariamente lo hacen siguiendo la estela de sus antepasados, sino que comienzan, en pleno siglo XXI, su propia tradición. «Es cierto que antes la transmisión de los oficios se perpetuaba así, casi por sangre; pero ahora los jóvenes pueden formarse por diferentes caminos.Yo misma lo hice de cero, asistiendo
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