EE UU Y CHINA, A LA CARRERA POR EL ORO VERDE
La verdad incómoda es que por mucho que los nórdicos sean el green power, los líderes del milenialismo bicicletero y la demostración de la rentabilidad del bienestar que inspira al resto, mal que nos pese en estos momentos, el diseño de un mundo sostenible pasa inevitablemente por el condicionamiento a las jugadas geopolíticas e industriales entre EE.UU. y China.
Los inversores lo saben. Fundamentalmente por cinco conceptos: movilidad, tecnología, software, propiedad intelectual y materias primas. Según auguran los análisis de Focus Economics, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca facilita la vuelta a la mesa, pero no el fin de la partida. “Estados Unidos mantendrá la presión sobre la percepción del robo de la propiedad intelectual, y no habrá un retroceso a la era de Obama, ya que China es vista ahora como un competidor directo en las tecnologías emergentes que definirán la economía del futuro”, explican los economistas Oliver Reynolds y Arne Pohlman.
Así que si “las tecnologías emergentes definirán la economía del futuro” y la supervivencia del planeta pasa por el desarrollo de aquellas que favorezcan las fuentes de energía limpia, ese
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