LA ESTACIÓN ESPACIAL DE LOS OCÉANOS
La vida humana bajo el agua tiene dos padres, uno en la ficción y otro en la realidad: primero fue Julio Verne, quien, en 1869, puso su Nautilus en el imaginario colectivo a través de su novela 20,000 leguas de viaje submarino; y casi un siglo más tarde, en 1962, otro francés, Jacques Cousteau, logró con su Precontinente I la primera experiencia de vida continuada en una base submarina, a la que luego siguieron Precontinente II y III.
Desde entonces se han sucedido más de 60 instalaciones bajo el agua, aunque en la actualidad sólo una permanece en funcionamiento. Bien entrado ya el siglo XXI, llegó el momento de renovar la historia, y el encargado de hacerlo es Fabien Cousteau, uno de los nietos del mítico explorador del gorro rojo. Para lograrlo, lanzó el proyecto definitivo: Proteus, una plataforma submarina de unos 372 metros cuadrados repartidos en dos plantas. La base, que se encontrará anclada a 20 metros de profundidad bajo el agua y podrá albergar a un máximo de 12 personas, nace con un doble objetivo: ser una instalación permanente para investigar los océanos desde sus
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