Bienvenido, Mr. Banderas
AUTÉNTICA. Como dice uno de los directores que mejor la conocen, Manuel Gutiérrez Aragón, Ángela Molina es incapaz de mentir a la cámara y pone emociónEmoción, sentimientos hondos y aura de estrella transmitió al recibir el único premio que se le había resistido, el Goya. Fue otra ocasión de redescubrir por qué nos fascina: cada una de las Ángelas que aparecían en el estupendo vídeo homenaje a una carrera única –la sensual la terrenal la inaprensible la enigmática la folclórica la abuela la divertida la frágil pero indómita y tantas otras– perviven en la sexagenaria actriz que –sin un papel en la mano, y en tono casi lorquiano– pronunció un hermoso e inclasificable discurso de agradecimiento. Todas sobreviven en la Molina de hoy, aunque ella sea otra, distinta, siempre revoltosa, libre, bella, inexplicable.
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