DEL ESTADO DE ALARMA A LA COGOBERNANZA: LA MONTAÑA RUSA EN LA GESTIÓN DE LA CRISIS
Lseos de cada comienzo de año llegaban en 2020 acompañados de las expectativas y aspiraciones de un nuevo Gobierno que daba sus primeros pasos. Era el primer Gobierno de coalición de la democracia española. En el ámbito sanitario, la financiación –esa punta de lanza demandada durante años en investigación– cobraba importancia y los profesionales comenzaban a poner sobre la mesa las tareas pendientes a las que debería atender la nueva Administración.
Sin embargo, la llegada de la pandemia por un nuevo coronavirus a nuestro país desmoronó la hoja de ruta del nuevo Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez. Hasta el punto de que una de las primeras decisiones que hubo que tomar es ya histórica: decretar el estado de alarma y el confinamiento domiciliario asociado, tal como se estaba llevando a cabo en buena parte del espectro internacional –como en China, foco de origen de la pandemia– y la consecuente designación de un mando único para la gestión de la crisis sanitaria, que fue asumido por el exministro de Sanidad, Salvador Illa.
en la respuesta internacional ante el SARS-CoV-2, en lo que terminaría siendo una carrera a contrarreloj para encontrar una vacuna frente a este coronavirus de tipo 2, que causa síndrome respiratorio agudo severo. En el ámbito nacional, la situación
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