JOYERÍA SALVAJE
«ES EL FRUTO DE UNA PARTE DE MÍ. DE LO QUE SOY, DE MIS RECUERDOS, DE LO QUE ME INSPIRA Y ME CONMUEVE»
Quienes me conocen bien a menudo me describen como una persona apasionada. Es cierto, soy una apasionada de la vida, de la familia, de los pequeños gestos que intentan mejorar el mundo, de la naturaleza y, por supuesto,su nueva colaboración con Tous («la marca y yo hemos crecido juntas, admiro lo que han conseguido»). La duquesa de Montoro lleva ya más de una década diseñando joyas bajo el sello Eugenia by Tous, y en esta ocasión se ha inspirado, precisamente, en su amor (y su preocupación) por el medio ambiente. El resultado es una evocadora colección cápsula, constituida por collares y colgantes , pulseras, pendientes y anillos, que, en palabras de la propia Eugenia, «supone un recorrido por la naturaleza». Por eso los protagonistas absolutos de las distintas piezas -en plata y, en algunos casos, con zafiros multicolor y son siete especies de animales en peligro de extinción (el oso, la jirafa, el tucán, el león, el elefante, el rinoceronte y el mono) y dos elementos muy característicos de la sabana africana: las cabañas y los árboles. es el fruto de una parte importante de mí. De lo que soy, de mis recuerdos, de todo aquello que me inspira y me conmueve», admite Eugenia. Tal es su compromiso con el entorno que el cinco por ciento de los ingresos por la venta de las joyas de la colección se destina a la ONG WWF España, volcada en la protección del medio ambiente. «Supone mi pequeño granito de arena por una causa que me emociona», añade. La aristócrata y diseñadora nunca ha ocultado su devoción por los animales; de hecho, tiene adoptados perros, cerdos, burros e incluso una mula. De las especies que se han convertido en motivos de esta nueva línea para Tous, destaca una serie de valores con los que se siente identificada y que ha sabido plasmar con precisión en su trabajo. Del oso asegura que «posee una gran dualidad simbólica, pues representa tanto la energía como la responsabilidad, la protección o la ternura». «Hay que ser muy valiente para ser tierno», continúa. Con respecto a la jirafa, insiste en que es «intuitiva, elegante y paciente. Su cuello, largo y estilizado, transmite fuerza, a la vez que simboliza la voluntad de progreso y la capacidad de mirar hacia el futuro con entereza». Describe el tucán como «majestuoso, colorido, con ganas de ser visto y escuchado», y el león como un paradigma «del coraje, el honor, la justicia y el equilibrio». El elefante (su animal favorito, hasta el punto de que su hija, Tana, le pidió que crease uno para hacerse un tatuaje) lo asocia a «la solemnidad, la lealtad, la sabiduría y la buena suerte». Por su parte, «el rinoceronte es poderoso y tiene una intensa conexión con la tierra. Ese vínculo con lo más salvaje es señal de seguridad, ambición, sabiduría, tranquilidad y gratitud». Finalmente, Martínez de Irujo califica al mono de «inteligente, astuto y alegre» y ensalza de él «su carácter sociable y su espíritu alegre». En cuanto a los árboles y las cabañas africanas que coronan algunas de sus propuestas, subraya que significan «espacio, vida y regeneración perpetua». Casi nada.
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