Pese a todo, va la segunda temporada de la Liga de Balompié Mexicano
Las esperanzas que había alimentado la incipiente Liga de Balompié Mexicano (LBM), que surgió como una opción para jugadores y entrenadores profesionales sin empleo en la Liga Mx, se diluyeron desde el pitazo inicial del torneo en octubre pasado, entre la insolvencia económica de la mayoría de los 18 equipos, la desafiliación de franquicias, así como la deserción de futbolistas y de la televisora encargada de transmitir los juegos en plena pandemia.
Además, la mayoría de los equipos que comenzaron la competencia cayeron en incumplimiento de contratos con sus jugadores y cuerpo técnico e incumplieron con los honorarios de los árbitros.
La Asociación de Balompié Mexicano (ABM), que rige a la LBM, determinó desafiliar a las franquicias deudoras. Y las consecuencias de estas tardías medidas dieron como resultado que el convulsionado torneo culminara en enero pasado con sólo siete equipos, de los que hasta el momento se desconoce su futuro inmediato.
A lo anterior se agrega el prematuro retiro de la compañía WCN Televisión, responsable de la transmisión de los partidos en Estados Unidos. En el extremo de la desesperación, la ABM llegó a pagarle para la difusión de los juegos en territorio nacional, hasta que se le agotaron los recursos.
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