Cuando los desastres naturales no lo son
LOS DESCUBRIMIENTOS DE HOY QUE DEFINIRÁN EL MUNDO DE MAÑANA
A MEDIADOS DE AGOSTO del año pasado, en una conferencia de prensa, Gavin Newsom, gobernador de California, anunció que tenían registro de 367 incendios fuera de control en el estado. “Tenemos esa cifra, pero es muy probable que en cualquier momento aumente”, afirmó. Y un par de días después, así fue: se alcanzaron los 560. Las semanas posteriores, muchos seguían activos y uno en particular –el incendio forestal en Elk Creek, al norte de Santa Rosa– había crecido tanto que ya era el más grande en la historia de California. El humo era tal que cubrió el sol en Nueva Inglaterra. Para finales de noviembre, cuando la mayoría se había extinguido, el saldo era de por lo menos 31 muertos y decenas de miles evacuados.
Mientras 15000 bomberos azotaba Luisiana. En su recorrido por el golfo de México ganó fuerza a una velocidad casi sin precedentes. En tan solo 24 horas pasó de categoría 1 a 4. Para el 27 de agosto, temprano por la mañana, llegó al condado de Cameron como el quinto huracán más violento en tocar tierra en la historia de Estados Unidos. El fenómeno dejó al menos 16 muertos y casi 12000 millones de dólares en daños.
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