VANESSA KIRBY NO LE TEME A NADA
CUANDO VANESSA KIRBY tenía 21 años hizo una actuación en A Midsummer Night’s Dream en el Teatro Octagon en Bolton, a las afueras de Manchester, Inglaterra. Interpretó a Helena, una mujer enamorada de Demetrius, quien a su vez lo estaba de Hermia. “Varias escuelas solían venir con muchos niños”, cuenta. “Siempre se aburrían y comenzaban a inquietarse”. Durante su monólogo en una presentación, hablando desesperadamente de un amor que había sido impedido, alguien dejó caer una caja de dulces por las escaleras, los cuales llegaron hasta el escenario frente a ella. “Pensé: ‘Oh, por Dios, ¿qué hice mal?’. Después vi a una niña a mi izquierda, probablemente tenía 13 años, y escuchaba cada palabra que decía”, recuerda Kirby. “Había algo dentro de esa pequeña que quería escuchar lo que Shakespeare estaba diciendo a través de mi personaje... tal vez sentía algo”, dice. “Así que toda mi interpretación se enfocó en ella”.
Kirby, de 32 años, es magnética, incluso a través de Zoom -la textura de la pantalla cambia, se vuelve más vivaz, cada vez que aparece- y verla contar esta historia es un reflejo de cómo es capaz de canalizar su incomodidad en una interpretación. Se encuentra justo en el límite: entre consagrarse como protagonista de películas y, posiblemente, ser nominada al Oscar, y descubrir el tipo de actriz que quiere ser. Ha probado las franquicias continuando con el papel de White Widow que tuvo en la película del 2018; también protagonizó el último filme de y es mejor conocida por su devastadora interpretación de la princesa Margaret en las primeras dos temporadas de Aunque su última actuación, en la primera cinta en inglés del director húngaro Komél Mundruczó, promete impulsar a Kirby hacia su siguiente coronación. Su interpretación de Martha ha sido anunciada como una revelación; el término “digna de un Oscar” ha sido pronunciado un sinfín de veces.
