Estados Unidos enfurece y amenaza con reanudar la cacería contra el general
WASHINGTON.- Cuando repatriaron a México al general retirado Salvador Cienfuegos Zepeda, fiscales federales del Departamento de Justicia y agentes de la Administración Antidrogas (DEA) de Estados Unidos retuvieron las grabaciones gracias a las cuales acusaron de narcotráfico y lavado de dinero el extitular de la Defensa Nacional, contra quien aún pueden abrir nuevas investigaciones.
Mediante la Operación Padrino, como bautizó la DEA a la investigación que durante más de una década realizó sobre los presuntos nexos del exjefe del Ejército con el narcotráfico, los agentes estadunidenses interceptaron una presunta conversación “clave” para el caso.
“Contamos con una grabación interceptada que implica directamente al general (mexicano) con el tráfico de drogas”, dijeron a este semanario y a un diario estadunidense de circulación nacional fiscales del Departamento de Justicia a principios del año pasado (Proceso 2294).
La Operación Padrino hurgó la supuesta relación de Cienfuegos con la fracción del Cártel de Sinaloa comandada por los hermanos Beltrán Leyva, desde que el general ahora en retiro estaba asignado a la IX Región Militar, en Acapulco, entre 2007 y 2009, en plena guerra contra el narcotráfico del entonces gobierno de Felipe Calderón.
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