Contaminación mortal
eguramente muchos han conocido la existencia de la Gran Niebla de Londres a raíz de la serie . Durante unos días, la capital británica se vio (humo) y (niebla). Este dato nos indica que esta sustancia gaseosa no posee origen natural. Se trata, por el contrario, de una forma de contaminación que se convirtió en un problema grave a partir del siglo xix, de la mano de la Revolución Industrial. Es posible encontrar este humo nocivo en grandes ciudades de todo el mundo: Ciudad de México, Pekín, Los Ángeles, Delhi… En Londres, los ciudadanos ya estaban acostumbrados a esta molestia cuando, en 1952, el fenómeno sobrepasó todos los límites. Ese año, entre el 5 y el 9 de diciembre, el esmog lo invadió todo y produjo un efecto desastroso en la salud pública. El número de víctimas mortales nadie lo conoce con seguridad; según algunos cálculos, pudo rondar las 12.000, en su mayoría niños o adultos con problemas respiratorios. A ello hubo que añadir las 100.000 personas que quedaron afectadas. Ni siquiera refugiarse en un espacio cerrado servía de algo, porque aquel humo inquietante se colaba de todas formas. Este desastre concienció a los británicos de la necesidad de tomar cartas en el asunto. Se promulgaron leyes como la Clean Air Act de 1956 o la Clean Air Act de 1968, con las que fue posible que retrocediera la polución ambiental. En esta imagen tenemos que esforzarnos para distinguir un típico autobús londinense de dos pisos mientras circula en una capital en tinieblas por el esmog.
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