MÁS SOLOS QUE NUNCA
‘BURBUJA’ ES LA NUEVA PALABRA DE MODA. Ha resurgido de allá donde estuviera esperando, para presentarse como sinónimo de ‘seguridad en tiempos de pandemia’. Los grupos, y más concretamente las familias burbuja, han cobrado protagonismo en la segunda ola de la COVID-19 en España. La (todavía) inexistencia de una vacuna y el rápido aumento de los contagios han llevado a algunas instituciones de ámbito regional o local a imponer restricciones basadas en esta nueva unidad.
La prohibición de interactuar en espacios abiertos o cerrados con personas que no vivan bajo el mismo techo es cada vez más habitual, tanto en nuestro país como en el resto de Europa. Bélgica permite invitar a casa hasta cuatro personas, siempre que sigan siendo las mismas en las siguientes dos semanas. En España ya lo ha puesto en marcha la Xunta de Galicia, después de que su conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, asegurase que el 90% de los brotes se producen en reuniones entre familiares o amigos. “Una prohibición total no puede hacerse”, asegura Jesús Molina Cabrillana, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva. “De hecho, si los bares están abiertos es porque se puede ir incluso con personas que no viven contigo. Por eso no tiene mucho sentido prohibir, y desde el punto de vista del control
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