CODIGOGIORGIO
En un momento en el que las prendas volvían a oprimir la silueta femenina, Giorgio Armani levantó su propia compañía textil prometiendo lo contrario: comodidad, feminidad y una sofisticación diferentes a lo establecido. Este es un homenaje a sus comienzos y a su presente, a su ruptura con las barreras de género estilísticas y a su amor eterno, el que siente por el arte en todas sus formas. Porque Giorgio no es una sola cosa; y Armani es una forma contagiosa de vivir la vida.
Son las 8:45 horas de la mañana y Giorgio Armani llega al teatro que lleva su nombre, en la Via Bergognone de Milán, con media hora de adelanto sobre el horario previsto. Sobra decir que cualquier mortal en su lugar, con 86 años y en medio de la pandemia mundial que ha hecho temblar los cimientos de la sanidad del planeta, habría encontrado la excusa perfecta para cancelar, retrasar o, directamente, no asistir, pero entonces no sería el Señor Armani ni jamás habría existido el Emporio.
Encontrarme, por fin, cara a cara con el mito de la moda, impone, y mucho. Atrás quedan muchos meses de trabajo, idas y venidas, reuniones telemáticas, planes que se han ido amoldando a las circunstancias y miles de emociones encapsuladas, para siempre en nuestra memoria.
En la intimidad del backstage donde se forjan las costuras de uno de los nombres más influyentes del mundo de la moda, aparece con la fuerza y la energía reservada solo a las deidades. Su llegada provoca un silencio casi gélido. Lo sigo con la mirada mientras se acerca directo, sin pausa, acompañado por un séquito incontable que introduce a cada miembro del equipo que lo espera con cierto nerviosismo. Lleva un traje azul oscuro y zapatillas inmaculadas. Curioso y atento, avanza con la determinación de ser una magnífica encarnación de lo que significa tener un estilo de vida con sello propio convertido en patrimonio cultural.
Nos saludamos con un « Mr. Armani?», mientras ojea con mimo cada uno de los contenidos de estas páginas. Discutimos, y mucho, sobre el de portada, y hablamos del presente, del pasado y, sobre todo, del futuro.
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