Hombre con talento
Al llegar a Milán en 1482, Leonardo da Vinci buscó la manera de introducirse en la corte de Ludovico Sforza rápidamente, y para conseguirlo se le ocurrió redactar una carta de presentación dirigida al gobernante de la ciudad en la que le proponía revelarle todos sus saberes y sus capacidades creativas como artista. También se comprometía a realizar una serie de extraños artefactos, como un modelo de puente muy ligero, pero muy resistente, “que nos permitirá perseguir o, en caso contrario, obligar a huir al enemigo”. Leonardo le hacía saber al duque milanés que conocía nuevos medios para quemar y destruir las defensas del enemigo.
En su curriculum vitae, Leonardo aseguraba que conocía los secretos para extraer agua de los fosos y construir escalas de asalto, así como modelos de morteros capaces de lanzar una verdadera lluvia de piedras que generara pánico entre el enemigo y “embarcaciones que resistirán incluso el impacto, el humo y la pólvora del más intenso fuego de cañón”.
El genial artista e ingeniero continuaba la carta enumerando otros artilugios mecánicos que harían imbatible al ejército milanés: “Construiré vehículos cubiertos, seguros e invulnerables, que penetrarán en las filas enemigas con su artillería y destruirán a las tropas más poderosas”. ¡Vaya presentación!
El catálogo de ingenios bélicos incluía grandes lombardas, aparatos lanzallamas y otras armas ofensivas y defensivas que harían de Milán una ciudad invencible. Para los tiempos de paz, Leonardo se postulaba como pintor, creador y arquitecto de edificios públicos y privados. “Puedo realizar esculturas en mármol, bronce y arcillas; y en pintura puedo hacer cualquier trabajo como cualquiera, sea quien sea.” Como colofón a sus habilidades, Leonardo afirmaba que podía llevar a buen fin la fundición del gigantesco caballo de bronce que Ludovico Sforza pretendía erigir en la ciudad para mayor gloria de su familia, proyecto que parecía irrealizable debido a las limitaciones técnicas de la época.
Un pacifista creando armas
Sorprende que Leonardo, un hombre pacífico, amante de los animales
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