Pésima salud de hierro
La vida de Beethoven estuvo marcada por el dolor y los trastornos que sufrió. No solo por su famosa sordera, sino también por afecciones gastrointestinales, respiratorias y cardiacas, además de sífilis, problemas oculares y cirrosis hepática. Esta última enfermedad fue consignada por el médico en la autopsia como la por el sumiller y doctor en Física Fabrizio Bucella, de la Universidad Libre de Bruselas, cree que fue un factor extra lo que realmente le mató. Según un análisis toxicológico del pelo y los huesos, Beethoven presentaba altas concentraciones de plomo en su organismo. Dice Bucella que el músico usaba gafas de cristales plomados, pero que eso no explicaría los niveles registrados por la analítica. Este experto piensa que el plomo estaba en el vino que consumía. El escritor francés Jacques Dupont, experto en historia de la enología, coincide. En su opinión, los vinos alemanes y húngaros que tomaba Beethoven se trataban a menudo con un compuesto de monóxido de plomo para suavizar su sabor y rebajar la acidez.
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