EL TIEMPO DETENIDO
Antes de que el sol empiece a calentar, el paisaje negro y quemado de La Geria regala el espectáculo de la niebla:los vientos alisios arrastran las nubes, la humedad, la linfa vaporosa que se filtra en el terreno de rocas porosas y calcinadas;y los líquenes que pueblan este suelo antiguo y primigenio renacen,se hinchan y se vuelven de un verde o un amarillo intenso, casi fluorescente. Después, la exhibición es otra: volcanes de colores, alguna palmera, agaves y vides… sobre el fondo negro de la lava. La luz lo cambia todo. La luz, «el más poderoso aliado de la belleza en Occidente», como decía Tanizaki. Este es un recorrido inspirado por la luz.También por la voluptuosidad y por el deleite de los lugares únicos.Y el primero está aquí, en Lanzarote, perdido en el paisaje de La Geria. De la casa de (cada una diferente a las otras) que Néstor Pérez Batista diseñó teniendo en cuenta el entorno, la cultura local y la premisa de que el extraordinario exterior se integrara en el interior. A pesar de los amplios ventanales, la privacidad se mantiene, y los elementos utilizados (piedra, barro, cemento, cal, madera, cristal) crean el nexo con el paisaje. Ha salido el sol y cuando llega el desayuno (a bordo de una gran cesta de mimbre) elijo montar una pequeña mesa junto a la entrada. Me recreo en el silencio, en los sabores, sin poder quitar la vista de esta vajilla artesana elaborada por Eguz Zerain, una joven alavesa que vive en la isla desde hace 20 años.Tengo que hacer una visita a su taller…
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