EL OTRO AZUL
a pesar de sus muchas revoluciones estéticas, Yves Saint Laurent querría haber inventado los vaqueros. Lo confesó en 1983 a «Tienen expresión, modestia, y simplicidad, todo lo que deseo en mi ropa». El ‘tejido rey’ venía de vivir sus décadas de gloria como versatilísimo hilo conductor en los vestidores de las distintas clases sociales, de Lady Di a la vecina del quinto, y su poder era imparable. Antes de 1873, el se fabricaba para la indumentaria de trabajo en la región ‘de Nimes’ en Francia, de ahí su nombre, pero fue ese año cuando Jacob Davis y Levi Strauss se aliaron en San Francisco para patentar unos pantalones con remaches que sirvieran como uniforme resistente para mineros y vaqueros. Así nacieron los El resto es historia: Hollywood lo llevó a las grandes masas con referentes como y la industrialización en su confección, se convirtió en denominador común entre la moda pronta y la elevada. Un hito al que cantaron de Neil Young a Lana Del Rey, y que participó del despegue de carreras como la de Kate Moss en los 90. Un icono en sí mismo y, sin embargo, una de las prendas más contaminantes de la historia. Houston, seamos claros: tenemos un problema.
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