EL PER SE GUI DOR
Poco tiempo después de haber llegado de Corea del Sur, un niño de 12 años se queda pasmado ante la inmensidad de un supermercado en Lomas de Zamora. Mientras su hermana pasea entre las góndolas como cualquier otro chico, él le dice a su padre que quiere ser dueño de algo tan grande como ese lugar. Ese niño era Julio Kim, el hombre detrás de grandes marcas de moda femenina como Naíma, Calandra y Becci. “Yo no era el típico pibe. Si el fin de semana llovía, me ponía mal porque la venta del negocio de ropa que tenía mi familia iba a ser mala”, recuerda desde el sillón de su oficina donde pergeña nuevas ideas y estrategias para sus etiquetas. “Siempre fui muy despierto con las cuestiones financieras y económicas. Yo pasé hambre y sabía que tenía que trabajar para lograr lo que quería. La plata nunca fue una motivación, siempre estaba motivado, es algo innato en mí”.
En 1992, su padre eligió como destino la Argentina, luego de que la fábrica de fideos familiar se fundiera. La decisión fue irse al país más lejos de Corea del Sur. Con 12 husos horarios de diferencia, la familia se instaló en Tristán Suárez, en la provincia de Buenos Aires, donde prácticamente empezaron de cero. También comenzó a forjarse esa valoración por
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