“TENGO MIEDO TODO EL TIEMPO”
LA VIDA YA ERA DURA para Ntegeka Sema- ta y su familia; sobrevivían a duras penas en su parcela junto a una cordillera, en Uganda occidental. Apenas producían lo suficiente para alimentarse y conseguir algo de efectivo, y ahora, un grupo de chimpancés hambrientos y descontrolados amenazaba su sostén, incluso su seguridad lo suficiente para alimentarse y conseguir algo de efectivo, y ahora, un grupo de chimpancés hambrientos y descontrolados amenazaba su sostén, incluso su seguridad.
Los chimpancés se habían acercado cada vez más desde hacía un año o dos, deambulaban por todo el poblado de Kyamajaka en busca de comida, arrancaban plátanos de los árboles, tomaban mangos, papayas y cualquier otra cosa que se les antojara. Pero el 20 de julio de 2014, las tribulaciones alarmantes cedieron su lugar al horror, una forma del horror que ha golpeado a otras familias de Uganda. Ese día un chimpancé grande, probablemente un macho adulto, se robó a Mujuni, el hijo pequeño de Semata, y lo mató.
“Un chimpancé se metió al jardín mientras yo removía la tierra”, recordó Semata durante una entrevista, a principios de 2017. Sus cuatro hijos pequeños estaban con ella mientras combinaba la maternidad con el duro trabajo del campo, pero cuando se volteó para buscarles un vaso de agua, el chimpancé jaló de la mano a su hijo de dos años y corrió. Los gritos del niño atrajeron a otros aldeanos, quienes ayudaron a la madre a ir tras él. Pero el chimpancé era rudo
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos