Espacios atestados que no creímos extrañar
Tal vez las plazas públicas –esos cuadrantes delimitados con edificios históricos, restaurantes y tiendas que nos dan una aproximación rápida del destino en cuestión– son los lugares más comunes para conocer un sitio. Puntos de reunión por antonomasia, el corazón de ciudades y pueblos late al ritmo de multitudes de todos los tamaños. Para algunos, la foto que parecía perfecta se “ensucia” con una horda de turistas enardecidos, un parque reposan tras días y kilómetros recorridos o un niño que llora porque una gaviota devoró su helado. Pero, ¿qué sería de estos sitios sin la presencia humana? El confinamiento debido a la pandemia por la COVID-19 nos ha traído imágenes inauditas del mundo, lugares siempre repletos ahora vacíos, aunque también ha reforzado la idea de que un sitio no son sus edificios, parques o plazas públicas; es la gente quien les da vida. Por ello, presentamos cinco plazas alrededor del mundo a las que deseamos regresar, por más concurridas o comunes que sean.
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