Reino Unido: de Imperio a mancomunidad
Tras la Primera Guerra Mundial, el gobierno británico fue incapaz de responder a los graves problemas sociales y económicos derivados de la contienda. Los soldados retornados del frente no encontraban empleo y los cambios imparables que se estaban produciendo en el comercio internacional habían vuelto obsoletas muchas de las industrias británicas tradicionales, como la minera del carbón o la textil del algodón, incapaces de competir con la producción de los territorios emergentes. Las huelgas y el descontento recorrían las principales ciudades de Inglaterra, centro de un Imperio que la Gran Depresión del 29 empezó a agrietar.
En este contexto inestable, el 21 de abril de 1926 nacía Isabel, la hija mayor del duque de York, que acabaría reinando 10 años más tarde con el nombre de Jorge VI. La joven Lilibeth, como era conocida en la intimidad familiar, se convirtió pronto en heredera del Imperio británico, cuya hegemonía como primera potencia mundial ya empezaba a verse amenazada por la irrupción de Estados Unidos.
Debilidad de Gran Bretaña
Mientras Isabel crecía en un entorno protector, Gran Bretaña intentaba resolver su crisis socioeconómica
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