EL STONEHENGE IRLANDÉS
Días antes había recorrido la gran biblioteca del Trinity College de Dublín (Irlanda) intentando encontrar información sobre esta joya del arte megalítico sin demasiado éxito. Solo un par de legajos se hacían eco de la restauración de los túmulos algunos años atrás, sin que ninguno aportara más pesquisas sobre su origen, función y antigüedad. Por alguna razón, ni este ni otros tantos dólmenes que se reparten discretos por los alrededores de la capital de la república de Irlanda, han despertado el interés de los académicos. Unas cuantas losas verticales, a modo de ortostatos, sujetaban la gran piedra horizontal que conformaba la cubierta, creando así lo que suponemos fue una cámara funeraria.
Luchando contra la naturaleza, enredado, arañado, magullado e incluso inmovilizado mil veces por el mar de espinos que me rodeaba, tras más de dos horas de batalla sin cuartel para abrirme paso entre la vegetación, por fin conseguí llegar hasta mi objetivo. Hay momentos en la vida en los que sabes que puedes mirar a la Historia cara a cara, y este era uno de ellos. Por unos breves instantes, el viento dejó de soplar y el tiempo se paró para mí.
No eran rocas lo que tenía enfrente, sino un libro en piedra que generaciones pretéritas habían dejado como
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