ARTE SIMBIOSIS LUJO INFINITA
El arte y el lujo están unidos indisolublemente. Se alimentan entre sí en una espiral que, hoy, se manifiesta de formas creativas, inmersivas, cada vez más propositivas y experimentales. Un parteaguas que marcó el nacimiento de las colaboraciones entre ambas esferas, tal como las conocemos en la actualidad, tuvo lugar en la década de 1920, cuando los pintores surrealistas Salvador Dalí y Jean Cocteau se unieron a la diseñadora de moda italiana Elsa Schiaparelli. De su gran imaginación, ingenio y carácter lúdico nacieron el famoso vestido langosta y el sombrero teléfono, entre otras piezas que continúan creando asombro.
El ejemplo de Schiaparelli fue seguido en años posteriores por otros diseñadores como Salvatore Ferragamo, Gianni Versace e Yves Saint Laurent, quienes se inspiraron en artistas del calibre del pintor futurista Lucio Venna, el ícono pop Andy Warhol y Mondrian, a quien Saint Laurent homenajeó con su famoso vestido color block.
Otro momento de quiebre en la ola continua de colaboraciones entre arte y lujo se atribuye a la casa de moda francesa Louis Vuitton. La elección de Marc Jacobs como director artístico en 1997 propició un cambio cultural dentro de la maison, dando pie a proyectos en conjunto con el artista pop Takashi Murakami, la icónica Yayoi Kusama y el artista de grafiti Stephen Sprouse. Cada una de estas colecciones causó furor internacional y
