UN BOSQUE PETRIFICADO… Y MALDITO
lgunos parques naturales también gozan de la dudosa y siniestra reputación de hacer recaer una maldición a cualquiera que sustraiga objetos de los. Son solo una pequeña muestra de los muchos documentos que almacena el parque. La mayoría de estas misivas, la más antigua de las cuales data de 1934, manifiestan su esperanza de que devolviendo la pieza robada la mala suerte se aleje de sus vidas. Los responsables del Museo del Bosque Petrificado llaman a éstas las «cartas de la conciencia» y amontonan las piezas devueltas en un lugar al que denominan, a su vez, «la pila de la conciencia».
