Esto también es Kioto

Si Kioto fuera un instante, sería ése en el que las gotas de lluvia comienzan a golpear la ventana y uno se detiene a verlas escurrir hacia abajo, hasta el borde del marco. Si fuera un sabor, tendría la textura de un caldo caliente y salado con un curioso dejo a trigo. Y si fuera un árbol, resultaría en un exuberante sauce llorón de los que tanto abundan en su territorio. Parecería que en esta ciudad todo se trata de tierra y agua con centro en el río Kamo, que cruza la ciudad y en cuyos alrededores ocurre la vida de miles de personas que vienen y van mientras él sigue su camino hacia otros ríos para desembocar, al fin, en el mar interior de Seto, en la cercana ciudad de Osaka, cuyo nombre