Dedicatorias a mi padre
Jan 06, 2020
4 minutos
MARÍA SCHERER IBARRA
Un par de años antes de morir, mi padre modificó –por enésima vez– su testamento. Cada vez que volvía de la notaría de Jorge Sánchez Cordero quería platicar con alguno de sus hijos sobre la más reciente enmienda hecha al documento. Todos hacíamos oídos sordos. No queríamos hablar de su muerte; sólo deseábamos que fuera clemente y muy, muy remota.
El 7 de enero de 2015 llegó el momento al que tanto temíamos. Ni los dos interminables años que vimos cómo mi padre resistía toda clase de sufrimientos nos habilitaron para tolerar su ausencia. Pasó mucho tiempo para que nos animáramos a saber qué había dispuesto. Quien lo conoció, sabe que fue un hombre desprendido y
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