Los veintes
Quien nombró a los “estruendosos” años veinte del siglo pasado “la era del jazz” fue un escritor al que la prensa ubicó “en la generación perdida”, una frase de Gertrude Stein. A F. Scott Fitzgerald lo relacionamos con el desenfreno del fin de la Primera Guerra Mundial, sus retratos de los hombres mediocres de Hollywood, como Pat Hobby tanto como de sus héroes “hechos a sí mismos” como Gatsby, el primer retrato romantizado de un mafioso, o Amory Blaine, el niño consentido de . Por sus relatos pasan lo trágico de lo banal, la locura, las oportunidades perdidas, lo norteamericano como lo que resulta del choque del dinero con la moral, y del costo cultural que les ha significado la insensibilidad. Que hoy entremos a los años veinte del siglo XXI es sólo un pretexto para escribir sobre Fitzgerald sin caer en la epidemia que compara cosas incomparables, por
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