Cuesta Arriba
DURANTE UNA NUBLADA tarde de junio, José nos recibe en su casa, en la ciudad de Melipilla, donde vive junto a su madre y uno de sus hermanos. —Mi compadre es malito para hablar, habla en las pistas— me dice entre risas su hermano Roberto, uno de los pilares principales en su breve pero exitosa carrera, y de quien también adquirió la pasión por las motocicletas.
Con apenas 6 años, el imberbe bicampeón nacional ya montaba motocicletas en algún cerro de su natal Melipilla, lo que comenzó como un juego, sin grandes pretensiones, y siempre guiado por la figura de su hermano. «Mi hermano (Roberto) siempre andaba en moto y a mí me daban vuelta en ella. Después me regalaron una cuatrimoto y aprendí a andar solito, y después me compraron una moto de dos ruedas, y luego me regalaron una KTM. En mi primera carrera salí primero. Y cuando seguí andando y entrenando, cada vez me empezó a gustar más», relata José.
Tan solo dos años después de su primera vez arriba de una moto, José comenzó a competir a nivel nacional en
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