Hacia los volcanes del fin del mundo
SI ESTÁS EN CHILE, sabrás que justamente te encuentras sobre los bordes de dos imponentes planchas tectónicas: las placas de Nazca y la Sudamericana, donde se extiende —al menos— unos 4.300 kilómetros de cordillera, y donde unas 2.900 montañas son volcanes, de los cuales 90 están geológicamente activos. De esta manera, se explica la gran actividad de gases y compuestos químicos que existe bajo esta delgada y sinuosa franja geográfica, pues cada fisura existente, es capaz de liberar una gran cantidad de energía contenida en el centro del planeta.
Solo en la zona de la Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, podemos divisar, casi a simple vista, alrededor de 20 volcanes «dormidos» y otros que están totalmente despiertos. Entre ellos destacan el volcán Tolhuaca, Lonquimay, Sierra Nevada, Llaima, Nevados de Sollipulli, Rukapillán, Quetrupillán, Quinquilil, Lanín, Mirador, Puyehue, Antillanca, Peripillán, Puntiagudo, Calbuco, Yates, Apagado, Hornopirén, Chaitén, Michimahuida, Corcovado, entre muchos otros.
En esta ocasión, sin embargo, solo nos enfocaremos en los más visitados y en los que requieren de medidas y atención especiales, sobre todo al momento de planificar su ascenso:
Tolhuaca
Rodeado de milenarias araucarias (pu pehuén), ríos prístinos y montañas nevadas, tenemos al
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