Éramos muchos…
Sí, actualmente miles de millones de personas conviven diariamente en el mundo, desafiando amenazas a su supervivencia que han estado presentes a lo largo de la historia del hombre como son las grandes migraciones, las guerras, las enfermedades, las epidemias, los desastres naturales y –más recientemente– los efectos por el cambio climático.
Situaciones tan cotidianas como el descubrimiento de nuevos medicamentos, el brote de un virus, la contaminación ambiental y todo lo que tenga impacto directo o indirecto en el aumento o disminución de las esperanzas de vida en una persona, llaman la atención de millones de seres humanos, preocupados por la preservación de su especie.
Probablemente para ti es común la típica escena de comida familiar o navideña en la que al grito de “¡foto, foto!”, hermanos, primos, tíos, sobrinos y abuelos tienen que acomodarse en doble o hasta triple fila para poder salir todos y subir la imagen a alguna red social. Pero ese acto tan común en continentes como el americano o el africano, pronto podría desaparecer como captura de Snapchat.
Y es que, en algunos países del mundo, las tasas de natalidad han comenzado a reducirse de tal forma que han obligado a sus gobernantes a implementar medidas para contrarrestar el impacto de la disminución o el envejecimiento de sus ciudadanos. Por ahora, la mitad de las naciones del mundo todavía están escribiéndole constantemente a la cigüeña y “produciendo” suficientes niños, pero lo cierto es que llegará un punto en que las sociedades se enfrentarán a una población en constante declive.
Durante años, el crecimiento de la población mundial fue desmedido: en el siglo pasado, la población mundial creció de 1.650 millones a 6.000 millones. Sin embargo, en 1970 había aproximadamente la mitad de personas en el mundo que hay actualmente. Pero debido a la disminución en las tasas de crecimiento poblacional, duplicarse nuevamente
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