DOCTOR GOOGLE CIBERCONDRÍA
Cada noche, durante dos semanas, tuvo dolor de estómago. Su intención era llamar al doctor, pero el malestar siempre desaparecía por la mañana, por lo que decidió buscar en línea para investigar sobre sus síntomas. Entró al buscador y tecleó “dolor de estómago”, y al desplazarse por los resultados dio clic en los enlaces: ¿apendicitis?, ¿cáncer de colon?, ¿cálculos renales?, ¿síndrome del intestino irritable?
Yo lo hago. Tú lo haces. Incluso los médicos caen en la tentación de consultar a Dr. Google y –en mayor o menor medida– todos usamos internet cuando deseamos informarnos sobre algún malestar y saber si seguiremos vivos a la hora de la cena. Al final, eso suele ser más conveniente que hacer cita con un médico, sentarse en una sala llena de gérmenes, contestar preguntas de rutina o describir síntomas con palabras reales a ¡personas reales!
La tradición médica occidental nació hace miles de años y abarca desde el uso prehistórico de plantas y hierbas para curar heridas, hasta los avances tecnológicos actuales. En los primeros días de la medicina, las manifestaciones físicas de la enfermedad se explicaban en términos espirituales, pues se creía que las deidades influían directamente sobre la salud de los mortales, siendo los padecimientos físicos el resultado de alguna transgresión.
Los principales personajes que cambiaron la forma en que la salud se definía fueron Hipócrates, médico de la antigua Grecia
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