El lugar del rey de retiro
GIORGIO ARMANI, de 84 años, pasa buena parte de su tiempo viajando entre sus nueve residencias repartidas por Europa, Estados Unidos y el Caribe. Como era de esperar de alguien cuya estética rigurosa y sutil ha transformado profundamente el mundo de la moda y la cultura, a Armani le gusta que cada una de sus casas conserve esa misma esencia. Una de las razones por las que posee una colección tan amplia de residencias es el poco agrado que le provoca hospedarse en hoteles: un lavabo excesivamente alto o una bruschetta innecesariamente aceitosa pueden enfadarle fácilmente. La exuberancia decorativa le abruma, al igual que lo hace una ejecución ineficiente.
'Cuando uno viene aquí, es porque quiere escapar de las cosas oscuras y serias', dice Armani.
En vista de ese perfeccionismo que siempre le ha caracterizado, por no hablar de las líneas nítidas y los neutros discretos que definen sus colecciones de ropa y decoración, el complejo de fin de semana del que disfruta
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