TERRITORIO NO NEUTRAL
EL FASCISMO DEMOSTRÓ SER catastrófico para la economía y el alma italianas, pero resultó, en cambio, excelente para su arquitectura. En Estados Unidos, la llegada de la Gran Depresión dio lugar a un periodo de sequía arquitectónica, a excepción de los notables edificios de Frank Lloyd Wright; sin embargo, el ascenso de Benito Mussolini en la era de entreguerras ejerció una impresionante influencia sobre el diseño italiano. Mussolini estableció un vínculo muy estrecho con la floreciente clase industrial, lo cual se tradujo en una abundante inversión tanto en villas privadas como en monumentales obras públicas.
Como antiguo funcionario del partido socialista, Mussolini sabía poco sobre arte o edificación. En cambio, sí que supo aparecer en el momento oportuno: cuando llegó por primera vez al poder en los años veinte, los periodistas partidarios del régimen,, un movimiento modernista a la par que clásico que pretendía revitalizar el estilo de la Roma imperial, concibiendo al dictador como un nuevo emperador. También el racionalismo, con su geometría ordenada y sus resistentes materiales autóctonos (piedras de canteras locales y metales forjados a mano), reflejaba la supremacía italiana característica de la mentalidad de Mussolini. Al mismo tiempo, la arrogancia del acero y el cristal propios del estilo internacional que ganaba terreno en Europa se alineaba con el férreo nacionalismo del dictador.
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