Melodrama Queen
el año comienza y estoy parado frente al espejo, admirando cada recoveco de mi cuerpo, cada tono de mi piel y esas líneas de expresión que se me hacen por sonreír tanto, representando lo bien que la he pasado. Cada día admiro y cuido más mi cuerpo, ejercitarse y alimentarsede té negro con leche de almendra al vapor; lo acompaño con un rollo de mandarina, un hojaldre relleno de mermelada de esta fruta cítrica muy de la época. Pongo un poco de música y disfruto este comienzo de año, “...y en pleno mes de enero es primavera”, dice la canción , del grupo Ricchi E Poveri, que en los años 80 tuvo su con esta rola y me doy cuenta que si “...de pronto canto, será porque te amo”, y ese amor me lo digo a mí. Me doy cuenta en el espejo del baño del restaurante, qué bien se siente amarse, nada ni nadie podrá contra esto que traigo y no me importa si se me hacen más arrugas por seguir sonriendo. Es tan valioso esto y siento que no tengo duda de lo que voy a lograr aquí y ahora, porque el momento es ya, en este instante lleno de tanta belleza personal y amor propio. Recapitulando un poco: pongo en retrospectiva lo que me hizo llegar hasta aquí, y me doy cuenta de las cosas que me tocó vivir para estar frente a frente conmigo mismo y acariciar mi corazón: agradezco haber llorado lo suficiente para saber que esa no era la manera de quererme; para saberme entero ante cualquier adversidad les dije “ADIÓS” a los hombres que pasaron por mi vida para forjar mis decisiones. Qué importante es quererse y saber que esto es todo lo que soy, todo lo que a ellos les costó trabajo sobrellevar y que me indica la debilidad con la cual se manejan en esta vida. Agradezco cada ruptura por enseñarme a protegerme cada día más, agradezco que no estén a mi lado, pues con ustedes aprendí a estar conmigo desde la sensatez. Me disculpo con mi cuerpo por los esfuerzos que le hice pasar para no romperse en mil pedazos, abrazo mi corazón y me prometo que nunca más voy a permitir que lo destrocen como un jarrón de barro oaxaqueño. Llevo cuatro meses sin tomar alcohol y qué bien se siente este ; esa diversión que en algún momento se volvió una obligación y no una diversión, hoy solo me hace pensar en lo bien que me siento cada día más y más y más...
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos