Tras las huellas de Jorge Oteiza
Debido a su comportamiento, fue a menudo calificado de visionario, delirante y excesivo, adjetivos a los que tenemos que añadir desesperado y generoso. Todos estos ingredientes han hecho de Oteiza un personaje deslumbrante y comprometido”. Así define Pilar Muñoa al artista vasco, nacido en Orio en 1908 y fallecido en San Sebastián 2003, en el prólogo de su libro Oteiza, la vida como experimento (2006).
Jorge Oteiza está considerado como uno de los grandes escultores del siglo XX, pero también fue poeta, reflexionó sobre el arte y las raíces de su tierra. Un intelectual ambicioso que incluso intentó (sin suerte) hacer cine, a la vez que era un ser humano que, poco a poco, fue alejándose de los grandes museos, los concursos de arte, las galerías, las subastas y los homenajes que le rendían en Nueva York o París. Lejos quedaban los momentos en los que recibió el Gran Premio en la Bienal de São Paulo con su . Este proceso de aislamiento comienza
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