VESTIDA PAR A TRIUNFAR
Como editora del Evening Standard, mi trabajo exigía juntas comerciales así como editoriales. Tenía un jefe muy consciente de la moda y él esperaba que yo estuviera a la altura de la situación. Así que usaba una mezcla de Mulberry, Burberry y Max Mara en tonos marinos para las reuniones de negocios.
Cuando acepté el puesto tuve que hacer un ajuste. No hay consideraciones comerciales más allá de gastar lo menos posible del dinero de los patrocinadores. No hay una oficina de cristal para el editor; el equipo del trabaja muchas horas cobrando salarios horribles, y el almuerzo es un simple sándwich. La autoridad es más intelectual en vez de visible. Los zapatos, aquí están diseñados para moverse ágilmente. Hay mujeres que trabajan en este proyecto y que aman la moda, aunque tiende a ser una idiosincrasia personal en vez de una expresión profesional. Hacia el final de la tarde, se ven destellos de prendas entalladas, vestidos en colores brillantes, tacones, trajes, peinados y maquillaje, cuando llegan los presentadores de televisión. Pero no hay un código de vestimenta editorial.
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