Renacimiento
No se puede afirmar que conoces un lugar hasta que discutes sobre sus aguas residuales con una ecóloga acuática del sistema de aguas local.
No había pensado mucho sobre lo que sucede bajo Ámsterdam hasta que conocí a Laura Moria en una cafetería cercana a la casa de Ana Frank. Ella estudia los canales de la capital neerlandesa, recolecta muestras, las analiza y hace cualquier otra tarea de la ecología acuática para controlar los microbios en el agua. Hasta hace poco era un trabajo que requería un estómago fuerte. “Los canales apestaban –me dice–. Contenían aguas residuales sin tratar y, si caías en ellos, terminabas en urgencias para recibir una vacuna contra el tétanos”.
Sin embargo, durante la última década se ha trabajado para mejorar la situación. Miles de casas flotantes se conectaron al sistema de drenaje y una embarcación especial patrulla los canales para
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